Una teoría de la Sombra

lunes, 12 de mayo de 2008

En mis recientes estudios ha llegado a mis manos un viejo tomo de cierto estudio teórico de las Sombras, del que se daban por desaparecidos todos los ejemplares. El autor, Martin Pale, excéntrico teólogo de la Vieja Lordaeron, dedicó toda su vida a elaborar esta obra, en la que pone a un mismo nivel al poder Sagrado y al poder Sombrío, en una época en que la Iglesia de la Luz tenía total supremacía tanto en los cultos ilustrados como sobre la plebe.

Tras su publicación, el libro fue declarado herético por la Iglesia de Lordaeron y sus ejemplares destruidos. Martin Pale fue procesado, declarado culpable de herejía y ejecutado.

Es, como bien podéis imaginar, algo totalmente excepcional que se haya conservado un ejemplar de este estudio hasta nuestros días. Creo firmemente que la época que vivimos puede arrojar una nueva luz sobre este razonamiento y que una teología más relajada podría sacar algunos datos de interés de los estudios de Pale, pese a que parte de sus razonamientos se hayan demostrado obsoletos.

Transcribir aquí todo el estudio es una tarea tediosa y que además no nos interesa, sin embargo creo que sería interesante que todos aquellos que gocen del estudio de los poderes arcanos, el verter opiniones sobre un capítulo concreto de esta obra. Sería necesario, para entender este capítulo en concreto, el haber leído los anteriores, particularmente el primero, donde Pale asienta los cimientos de su teogonía. Sin embargo creo que puedo resumir en ideas generales su planteamiento, de modo que sea comprensible para todos.


Una Teoría de la Sombra
por Martin Pale

El principal argumento de Pale en su Teoría de la Sombra (en adelante, teoría de Pale) razona que todo ser vivo, animado o no, está imbuido de una cierta cantidad de energía de clase arcana. Sin embargo esta energía es, digamos, un producto que se encuentra en bruto y que es inherente a todas las criaturas vivas, aunque no sean conscientes de ello, del mismo modo en que respiran sin pensarlo o no son plenamente consciente del corazón que bombea dentro del pecho. La única excepción que Pale admite a esta regla es la de aquellas criaturas que tienen una inclinación
natural hacia la magia. Estas personas son conscientes de su propia energía, extrayéndola bajo la forma de maná. Con ella, aprenden a destilar una parte de la energía, que por sus caracerísticas, Pale decidió llamar Energía Sagrada y Energía Sombría, manteniéndose ambas en perpetuo equilibro en su estado natural.

(Nota: La palabra maná proviene de la sustancia líquida de sabor a miel que secretan ciertos vegetales espontáneamente o por incisión de sus hojas o de sus ramas)

Estos son los cimientos de la teoría de Pale que, aunque obsoletos, nos son necesarios para entender lo que deseo mostraros.

Ahora, veamos el capítulo que nos interesa.

Capítulo Quinto- Catalizadores

Sin embargo, de entre aquellos capaces de extraer el maná de su cuerpo, Pale destaca una nueva distinción, a la que llama "catalizadores".

Al destilar Energía Sagrada, los restos de Sombría permanecen en el aire, mientra que si es al contrario, es la Energía Sagrada quien queda sin utilizar. Las energías sagrada y sombría tienen cada una sus propias
características, siendo la luminosa una fuerza principalmente defensiva y curativa, dada su tendencia dócil a reintegrarse en los organismos vivos si no es utilizada.
La sombría es, al contrario, principalmente agresiva y por sus características es incapaz de reintegrarse y permanece en el aire, impregnando con una carga negativa a todo ser vivo, animado o inanimado. La acumulación de partículas de Sombra, llegados casos extremos, puede convertir a un individuo, un lugar o incluso una época, en una especie de agujero negro que absorbe y destruye las energías que entran en su zona de alcance, sean estas vitales o arcanas. No es necesario, creo, resaltar la gravedad que reviste este hecho.

Los catalizadores, como los llama Pale, son seres vivos, animados y dotados de inteligencia, que por sus características y entrenamiento, son capaces de, digamos, reciclar las particulas de energía que permanecen en el aire tras el destilamiento inicial. Dado que la Energía Sagrada tiende a reintegrarse, es labor de los Catalizadores el canalizar las partículas sombrías, doblegando esta fuerza oscura y sometiéndola a su voluntad, para dirigir el daño y las cargas negativas.

Esta escuela de magia no es en absoluto popular, dada la imagen siniestra y aterradora de los Catalizadores en el momento más álgido de la canalización y las penurias que conlleva esta labor, pese a su utilidad. Estudios han demostrado que, con el tiempo, el Catalizador empieza a absorber cierto resíduos de energía sombría que, llegados a cierto punto, pueden incurrir en la muerte de este. Pocos Catalizadores son capaces de sobrevivir a la Sombra pasados los años, y estos son, de entre todos, aquellos con mayor disciplina y fuerza de voluntad inquebrantable.


Eso es todo.

Aunque el origen de la Energía Sombría ha quedado aclarado por descubrimientos más recientes, no por ello es menos cierto su poder. Y si los Catalizadores existieron, es posible que constituyan un recurso poderoso en nuestra actual lucha contra la Legión y la Plaga. Si la Hermandad consiente, pido permiso para investigar más a fondo este asunto, con el fin de averiguar cuanto de verdad hay en estas teorías y si realmente revisten la utilidad que aparentan.

XII

miércoles, 7 de mayo de 2008

Seis días después de Beltane:

No veía el momento de llegar a casa: creo que no me quitaré esta peste a cloaca en siglos. Voy a matar a Nerisen.

En fin, como siempre, me voy por las ramas (como si importara). Empecemos por el principio.

El campamento del Orvallo no ha cambiado nada. Ahora tienen con ellos un draenei. No sé si son una plaga o es que están de moda. Allá ellos.
Llegué al campamento al atardecer: no me gusta volar de día, hay demasiados ojos pendientes de quien va y quien viene, y no quiero enfrentarme a preguntas que no tengo intención de responder.

Elegí el Orvallo porque el personal es militar y no es dado a hablar más de la cuenta. La otra opción hubiera sido Costasur y ya se sabe como son los aldeanos. Además, Tris tan goza de simpatías allí y sus preguntas son las que menos quiero responder. En cualquier caso, salí del Orvallo y cuando cantó el primer cuco ya estaba atravesando Andorhal.

La entrada a Entrañas que me señaló Nerisen no es otra que el desagüe de las cloacas de la antigua Lordaeron: el trazado se ha mantenido y ahora lleva directamente a Entrañas, plaza fuerte de los no-muertos. No me costó nada localizarla: estaba allí donde el rubiales había dicho. Existe una sección que es laberíntica, pero un pasaje amplio y sin pérdida discurre paralelo a las tuberías. Sospecho que entran por ahí con las mantícoras: no imagino a uno de esos bichos esperando pacientemente el ascensor.

El desagüe desembocan al perímetro exterior de las cloacas. Toda Entrañas tiene estructura circular y tiene numerosos puentes y escaleras para pasar de un lado al otro. El centro de la ciudad es el banco, que atienden tres no-muertos y un fantasma azul y semitransparente. Los gigantones radiactivos están apostados en las puertas y los ascensores, de modo que pasar a su lado es arriesgado. También tienen guardias que patrullan y esos tienen buena vista. Tuve arrastrarme por la cloaca durante casi todo el perímetro hasta encontrar lo que llaman el "barrio de los pícaros".




Y allí estaba Nerisen, carcajeándose con las piernas apoyadas en la balaustrada mientras salía del agua, empapada y apestando.

*texto tachado* Por un momento no supe si apuñalarlo o besarle ¿Por qué tiene que ser tan condenadamente sexy?*texto tachado*

Gregory Charles es el maestro de pícaros de los no-muertos. Nerisen me ha dicho que se hacen llamar "renegados" y me ha hablado de su historia. Creo que los sin´dorei y los renegados son aliados potenciales: a ambos se les dio la espalda. Los Sin`dorei tuvieron que enfrentarse a la Plaga solos. Los Renegados fueron humanos y ahora se esconden porque saben que la Alianza los masacrará como hizo con la población de Stratholme durante la guerra. Los lazos que los unen a la Horda son frágiles, una cuestión de conveniencia. Sí, definitivamente convenientes.

Nerisen hizo de intérprete durante el encuentro. Yo puedo hablar Thalassiano, pero el orco se me resiste, y tampoco consigo articular esos sonidos repugnantes que los Renegados tienen por habla. No sé si es una lengua real creada a partir de alguna otra o si sencillamente es la lengua que hablaban cuando estaban vivos, pronunciada con unas cuerdas vocales pútridas y una garganta que ya solo tiene hueso. En cualquier caso, creo que me entienden cuando hablo común, como si recordaran la lengua que fue suya.

Charles tiene dos ayudantes: son Miles Dexter y Carolyn Ward. Parece un hombre razonable, y la mujer parece tener cabeza. Dexter no acaba de gustarme, aunque no entiendo lo que dice (y Nerisen tampoco tradujo todo) es obvio que no le gusta la idea de asociarse con una humana viva.
No había nadie más con ellos, pero estoy convencida de que solo son la punta del iceberg: tiene que haber más.

Ha sido extraño estrechar la mano a Charles, pero el trato está cerrado.

Participarán.

El plan progresa.

Creo que voy a tirarme de la cubierta hasta que no pueda más: no aguanto más el olor de las putas cloacas.

***

Dremneth dio las gracias a comerciante y siguieron caminando. Trisaga, junto a él, asintió.

- ¿Fue entonces cuando la Horda secuestró al Arzobispo Benedictus?

- Entraron en Ventormenta por la fuerza y se llevaron al Arzobispo. - explicó- Tienes que entender que no fue obra de la Horda al completo, si no de una determinada facción de entre sus filas. ¿Sus razones? Las desconozco. Se intentaron todas las vías diplomáticas, pero nadie quería paz. Con aquel acto, la Horda dio a la Alianza la excusa perfecta para romper el Pacto. La Alianza se alzó en armas, incluso las hermandades más pacifistas se rebelaron. De nuevo había guerra...

Liessel, que por su parte y desde las sombras había luchado siempre por la colaboración entre ambas facciones para enfrentarse al enemigo común, que había trabajado incansable por aquella meta, que había recurrido a todos sus contactos y aliados para esto, vio de pronto como todo su trabajo se derrumbaba, como todo lo que había luchado tanto por construir, se desplomaba como un castillo de naipes.

Nunca super de su plan, pero siempre lo temí. - respondió- Y por el modo en que pareció despertar cuando sucedió el secuestro del Arzobispo, comprendí que aquel hecho amenazaba gravemente el plan para superar aquel Mal Muy Mayor. Pasó de estar completamente ebria la mayor parte del día a organizar un grupo de asalto para infiltrarse en Entrañas y tratar de encontrar el modo de rescatar al Arzobispo minimizando todo el daño posible a su plan.

Posiblemente, Tristán y los demás dirigentes de la Alianza pensaron que tenían una herramienta diligente y dócil. Pero no fue hasta que el diario cayó en sus manos que supieron la verdad.

Y mientras tanto, la lucidez había traido a Liessel extrañas certezas...

XI

martes, 6 de mayo de 2008

Cinco días después de Beltane:

Creo que Nerisen juega conmigo. Casi estoy esperando que todo sea una trampa y me eche encima a la guardia cuando ya sea demasiado tarde para echarse atrás. La Horda me mataría en el acto si me descubren, la Alianza solo tardaría lo justo para preparar la horca por Traición.

Pero cada cosa a su tiempo. Empecemos por el principio.

Las Tierras Fantasma son inquietantes, pero por alguna razón me siento protegida allí. Tal vez sean el aspecto sombrío de todo, no lo sé. De todos modos ya no puedo pensar en ello como si fuera solo un paraje exótico y extraño. He visto la Cicatriz. No hay más que hablar.

Kronkar insistió en que nos reunieramos en las ruinas. Sé que ver esas piedras es un suplicio para él, pero creo que se empeña en ir allí para no olvidar. Cualquier otro sin´dorei lo utilizaría para avivar el odio hacia la Alianza, porque les dimos la espalda y dejamos que sucumbieran al azote de la plaga para no arriesgarnos. Los sacrificamos, como sacrificamos el Pozo de la Eternidad. ¿No es curioso que los humanos no hayan perdido más que un par de plazas fuertes? En cualquier caso, comprendo a los sin´dorei: en ocasiones yo también siento el impulso de dar la espalda a los fingidos virtuosos de la Alianza.

Llegué a las ruinas poco antes de medianoche. Incluso derruidas poseen un embrujo dificil de describir: solo podría compararla con Azshara y su decadencia. Kronkar ya estaba allí, al pie de la Arquera, y me dijo que Nerisen había aceptado verme, pero que tendría que llegar hasta él por mis propios medios.

No hay paso posible desde las ruinas a lo que queda de Lunargenta y hay que rodear las murallas para encontrar la puerta. Ha sido curioso volver a estar allí, aunque ya no cometeré el error de la primera vez: si no me ven, no tendré que hacer daño a nadie.

Sería un comienzo desastroso para esta empresa contar con un cadáver.



La puerta de la ciudad está vigilada, pero es lo bastante amplia para poder pasar tranquilamente si se distrae a los guardias. Kronkar se encargó de eso casi sin darse cuenta: esa bestiezuela que lleva con él es capaz de alborotar más que una manada de taurens bailando "El pato con una pata".

La entrada da unos corredores bastante oscuros pero estrechos: es fácil deslizarse de sombra a sombra, pero un encuentro fortuito podría significar que todo acabe antes de empezar. Afortunadamente, no hubo tal encuentro.

La ciudad es amplia: demasiado si lo pensamos desde un punto de vista táctico. Aun teniendo en cuenta que esa amplitud sin obstáculos hace casi imposible esconderse y permite ver a cualquiera a gran distancia, vigilar una extensión tan grande es dificil y se nota: Lunargenta apenas tiene guardias. Además, esas amplias avenidas facilitan el desplazamiento de las tropas enemigas una vez atravesado el perímetro vigilado.

En cualquier caso, pudimos cruzar sin contratiempos la avenida principal y llegamos al pasadizo oscuro donde tiene Nerisen su pequeño negocio. Me gusta esa parte de la ciudad: es sombría y como en toda Lunargenta, está plagada de vaporosas cortinas que permiten a una pasar inadvertida.

Nerisen nos estaba esperando y no estaba solo. En un alarde de arrogancia, me recibió en el interior de su escuela y ni siquiera despidió a los estudiantes. Estaban con él Zelanis, Elara y Cel, y esa muñequita de Darlia. Yo, por mi parte, pedí a Kronkar que esperara fuera. Al principio la idea de que todos sus entrenadores e incluso los aprendices estuvieran presentes disparó todas mis alarmas, pero luego pensé que no estarían allí de no ser de plena confianza para Nerisen: incluso aunque fuera un pequeño juego, podría costarles la vida a todos ellos. Y sobra decir que no es ningún juego.

Durante la reunión, nadie nos molestó. Pude exponer con claridad y sin prisa los puntos del plan. Por el silencio de todos los presentes y por la mirada de Nerisen, entendí que ninguno se atrevía a pronunciarse al respecto en presencia de los demás. Nerisen me despidió sin declarar el acuerdo y yo, tan silenciosamente como llegué, desaparecí.

La taberna es un pequeño antro oscuro lleno de cortinas y cojines. Conozco a la tabernera: la he visto alguna vez en Shattrat y aunque se sorprendió de verme allí, no dio la voz de alarma y me permitió utilizar una de las habitaciones. Nerisen se presentó allí al cabo de una hora. Dijo que todos están de acuerdo menos Elara, que se muestra recelosa y cree que se trata de una trampa. No la culpo. En cualquier caso, Nerisen coincide conmigo en que puede hacerse y debe hacerse, y hemos acordado que hará de intermediario con mi contacto en Entrañas. No me da buena espina: me ha dado las coordenadas de una entrada trasera a la ciudad en la cual no debería tener ningún problema y hemos acordado vernos allí mañana a la misma hora para hablar con Gregory Charles. Un sin´dorei conocido por sus argucias me ha convocado a un encuentro con un no-muerto en lo más profundo de Entrañas, donde todas las entradas y salidas están custodiadas por esos gigantes repulsivos que van arrastrando los intestinos.

No, no me da buena espina.

Una vez expuestos los términos, corrimos las cortinas y cerramos el acuerdo.

Cuando salí, Kronkar se había marchado.

***


- Como dije, Liessel no conocía límites a la hora de buscar contactos, y estos eran solo unos pocos nombres de lo que parecía ser una extensa red. Kronkar fue, en este plan, su modo de acceder a personalidades afines a sus propios objetivos, cuestión no exenta de riesgo.

Las Corrientes del tiempo rugían a su alrededor, sin embargo, a fuerza de la costumbre, su sonido no les impedía escucharse con normalidad.

- Pero no era solo eso: era su aliado, su amigo, su amante. Debes entender que tras la muerte de Dishmal, el gran amor de su vida había desaparecido y no había esperanza de recuperarlo. Junto con el alcohol, se sumió en la promiscuidad para olvidar. Primero fue Kronkar, pero luego le siguieron otros. Nerisen era un maestro de espías allá en Lunargenta, ignoro qué ha sido de él o si sigue vivo después de estos años.

- ¿Nunca pensaste en buscarle para averiguar qué se traían entre manos?

Trisaga negó con la cabeza.

- El dolor de Liessel había abierto una brecha terrible entre nosotras y cada día me resultaba más difícil llegar hasta ella. De todos modos, nunca dejé de confiar en la otra mitad de mi alma, aunque temiera sus desvelos y su carencia de límites. Si ella no quiso involucrarme en el plan, deseo creer que fue por mantenerme a salvo. Además sé que inmiscuirme en aquella faceta de su vida hubiera representado una especie de violación de sus reservas más recónditas. No, no me correspondía a mí indagar, aunque no en pocas ocasiones pasó por mi cabeza la idea de comenzar la búsqueda.

Dremneth asintió en silencio. Entendía más de lo que las palabras de la sacerdotisa decían.

- Sus pasos la dirigían a Entrañas – continuó Trisaga- tal vez por, como dijo a Kronkar, la terrible afinidad que parecían tener con Lunargenta a raíz de la guerra con Arthas. Supongo, sin saber yo nada de estrategia ni diplomacia, que tener dos potenciales aliados relacionados ya por una causa común facilitaba la tarea de reunir nuevos aliados. Sin embargo, asumía un riesgo muy importante al llevar a cabo este plan: según dice el diario, hubieran podido colgarlos a todos por traición, cada cual a su nación. Y aún así, tuvo que confiar en Nerisen para que la llevara hasta su contacto en Entrañas.