Ecos X

domingo, 15 de agosto de 2010

Por Nirath Elh´Moroth

La algarabía de niños no cesaba, de ahí para allá corrían, saltaban, reñían, y reían. Con su usual tranquilidad el elfo no perdía detalle de sus movimientos y asistía al malherido pirata, paladín o mago de 5 añitos herido en esa reyerta que habían organizado, entre todos los chiquillos, en el orfanato. En el momento cumbre del enfrentamiento una pequeña guerrera fue herida, Nirath se acercó con la suficiente destreza para no empañar el honroso combate a vida o muerte que mantenían un paladín bueno contra otro muy muy bueno (palabras textuales del luchador).

La pequeña guerrera estaba herida de verdad: un corte con aspecto feo sangraba en su brazo derecho. La niña lloraba de dolor, pero sobretodo de impotencia...entre sollozos no dejaba de repetir que quería continuar la lucha pues sus compañeros, sin ella, estaban solos...

Como si el martillo de un relojero le hubiera asestado un ligero y preciso golpecito, el corazón de Elh'Moroth se encogió. En silencio limpió y vendó la herida y con un susurro le dijo a la recién sanada combatiente:

- ¿Sabes?...una vez alguien me recordó que tanto las cosas bellas como las poderosas mueren...- mientras las palabras se extinguían el dedo índice del elfo rozó una esquina del labio de la dolorida chiquilla y esta instintivamente dibujó una tímida sonrisa, señalándola continuo – ...pero las cosas buenas perduran para siempre.


Mientras una futura guerrera se giraba triunfal, y sonriente volvía a la lucha, en la mejilla del dagatorcida resbalaba una incongruente lágrima.

1 comentario:

Percontator dijo...

*-* Mis felicitaciones a Nirath: Su verbo es tan afilado y certero, por lo menos, como el filo de su arma.
(Ha atravesado limpiamente el punto vital, eludiendo la armadura).