Narraciones

domingo, 20 de septiembre de 2009

16 de Marzo, 32 A.P

- En realidad me lo tenía merecido, supongo.

Recuerdo como si fuera ayer el día que conocí a Baner. Estaba recogiendo firmas para la creación del sindicato: reclamando unos horarios dignos, un seguro para el mobiliario... Recorrí todo el camino de Villanorte a Villadorada a voz en grito: ¡Por un sueldo justo! ¡Por un horario que permita conciliar la vida laboral y familiar! Ya sabes, lo de siempre...

- Loh´manoh sois mu raros.- Zai se rascó la barbilla

- Bah.

La cuestión es que Baner se acercó, me echó una firmita y me acompañó toooodo el camino hasta el Registro de ventormenta donde presentar la instancia y poder empezar a hacer presión en el ayuntamiento. Me cayó bien.

Nah, que tontería, andarme con remilgos ahora. Me gustaba, me gustaba mucho. Justo entonces, Lillian me contrató para echar una mano en la posada de Theramore, ya que el Alba de Plata se había establecido allí y había cada vez más trabajo. Baner venía a verme, todo un caballero. Pedía algo de beber y se quedaba charlando conmigo en la barra.

- ¿Eh rituá d´apaeamiento´mano?

- Emmmm, algo así.

Para mí, era evidente que le gustaba. ¡No pongas esa cara! No siempre he sido así: tenía la piel clarita, siempre iba peinada, y llevaba ropa decente. No tenía plumas en el pelo, ni vestía un taparrabos, ni tenía más cicatrices de las que podía contar. Y tampoco soy fea...

- Ereh´rrible.

- A callar. Estoy muy buena.

Yo le gustaba, él me gustaba... Cualquiera diría que todo era perfecto ¿no? ¡Pues no! Porque Baner demostró ser el tipo más frío y distante que tuve la mala baba de cruzarme. Yo ponía en juego todas mis armas, que si caídas de ojos, que si toques casuales, que si hacer así sobre la barra para marcar canalillo... Y él, como quien oye llover.

- ¿Comoh´que no´s habéi´tinguido?

- Chitón.

Claro, yo estaba cada vez más frustrada, y en una de aquellas apareció Gaerrick. Rudo, malhablado, obsceno y muy sexy. No entraré en detalles de lo que sucedió después, solo diré que en realidad yo solo quería darle unos pocos celos al estirado de Baner. Y se los dí, vaya si se los dí.

Se los di de tal manera que acabó llamándome furcia y zorraa gritos delante del Cerdo Borracho. Se enteró tooooda la ciudad.
Y Gaerrick, que tonto no era y comprendía lo que yo estaba haciendo, hizo del mismo modo.

Me quedé plantada en la calle como una tonta, sintiendo como todo el mundo me miraba y ellos dos se marchaban dandome la espalda.

Sí, en realidad me lo tenía merecido.

- En mi t´ibu, cuando dos queían trincah a la mi´ma, s´atizaban.- puntualizó Zai.

- En tu tribu os comíais a los muertos.

Volví a Theramore. Era todo lo que me habían dicho y más, de modo que me merecía todo lo que me pasara. Me quería morir. Lillian y Janene estaban de vacaciones y yo no estaba en condiciones de atender a la clientela, así que eché el cierre hasta que me recuperara, me metí en la cama y me dije que no saldría hasta... hasta... yo que sé. Klode, que había estado convaleciente en la ciudadela, vino a cuidarme. Creo que se asustó un poco...

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