Los Hilos del Destino XV

jueves, 19 de noviembre de 2009

19 de Noviembre:

Anoche, cuando regresaba de devolver a Maese Gavilla uno de los libros que me prestó durante mi investigación, mi camino se cruzó con el de Angeliss. Culpable como me sentía, consciente de mi gran fracaso, fui incapaz de levantar la vista del suelo mientras trataba de explicar mi retraso en la búsqueda, sin embargo algo en el tono de su voz, algún tipo de alarma o incomprensión, me hizo levantar la vista y mirarle.

Lo hice.

No puedo explicar, Gavilán, la dicha que me invadió en el preciso instante en que puse los ojos de mi alma sobre él y lo vi, vi el intenso lazo de luz que le une a la joven Averil, tenso y firme cuando, de estar muerta, hubiera debido ondear tristemente roto. ¡Viva, viva, Gavilán! Todavía no entiendo por qué razón soy ciega para encontrarla, pero puedo verla a través de Angeliss, y aunque no sabemos donde fue con Razier, tengo la certeza que nadie salvo Angeliss puede encontrarla, gracias al lazo que les une.

Gracias, gracias, Madre. Gracias.

No todo está perdido. Aún hay esperanza.

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