XXVII

domingo, 25 de julio de 2010

Querido diario:

Angel tiene razón: es estúpido escribir en una lengua que no dominas, sobre todo cuando además, utilizan un sistema alfabético tan diferente. Creo que a pesar de todos los meses que pasé en Forjaz con el Maestro Aiglos, nunca acabaré de entender del todo el sistema alfabético rúnico. Puedo entenderlo si lo leo, pero de ahí a poder escribirlo... Parece que haya pasado toda una vida desde entonces.

En fin, como decía, Ángel me hizo ver lo poco práctico de las runas y ha conseguido para mí la solución perfecta: el cuaderno está hechizado, de modo que solo es posible leer lo que escribo si yo estoy cerca. Me gustaría poder comprobarlo, pero cuando dejo el cuaderno lejos para ver si desaparecen las letras, estoy demasiado lejos para poder verlo, así que me pregunto si no me estará tomando el pelo.

Bai´de-wei (expresión troll que he escuchado en Rocal que quiere decir "en cualquier caso") seguimos caminando. Ahora escribo desde la posada de Villa Oscura, donde nos alojamos desde ayer, porque Kluina´ai insistió en que necesito darme un baño (así debo oler) y tenemos que comprar suministros para el camino, porque nos queda un buen trecho que recorrer. Klui dijo que no dijera abiertamente a donde nos dirijimos por si el diario volviera a caer en malas manos, así que solo diré que por ahora necesitamos encontrar la manera de llegar a la costa oeste. No diré más.

Llevamos caminando tres semanas, y hace una que Angel nos encontró, casi cuando salíamos del Pantano. No sé si la súbita sensación de alivio que me invadió fue por salir de ese lugar maldito o por ver de nuevo a Angeliss y saber que él si había sabido de mi desaparición y me había buscado. Nos acompañó durante todo el tiempo que nos costó atravesar la zona de angostos desfiladeros de piedra conocida como El Paso de la Muerte (se ve igual de tétrico que suena, sí) y ahora nos alojamos los dos en la posada de Villa Oscura. Klui no ha querido venir porque esta es una población humana y los habitantes se podrían asustar, pero creo que también quiso dejar que aprovecharamos las primeras noches bajo techo de los últimos meses. Hubieramos preferido, en realidad, dormir lejos del pueblo, para no dejar demasiados rastros, pero si alguien sabe los terrores que habitan en Bosque del Ocaso, somos Angel y yo, y aquel otro medioelfo ¿Dorgenflare? También parece que hace una vida de aquello. No, no es buena idea dormir al raso en este lugar. Mañana sin falta, en cuanto tengamos los suministros y Angel acabe de negociar las mulas, nos reuniremos con Kluina´ai en las afueras del pueblo y continuaremos camino.

Sigo soñando.

No se lo he dicho a Angel y a Klui porque no quiero preocuparles, pero sigo soñando, sigo teniendo esas pesadillas que no recuerdo al despertar pero que me dejan sudando y con el corazón latiéndome en el pecho como un conejillo asustado. Cuando me despierto gritando, les digo que sueño con Piel Verde (no sé ni por qué le llamo así), pero en realidad sé que es algo mucho, mucho peor.

Angel ha vuelto, voy a ver si consiguió negociar las mulas.

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