Los Hilos del Destino XIII

jueves, 29 de octubre de 2009

29 de Octubre

Me encuentro de nuevo en camino, ahora si cabe con más urgencia y más esperanza que antes, pero también con un nuevo temor anidando en mi pecho.

Ha sido imposible hablar con Kaithan. Raethin, un venerable druida de Claro de la Luna, enviado por Amnehil, vino a buscarme para decirme que Kaithan se había sumido en la Pesadilla y que no sabían cuando despertaría. Él mismo se ofreció a ayudarme en lo que pudiera, y así, confiando en él puesto que Amnehil lo hacía, le conté la historia de Averil y del misterio de su enfermedad. Tuve que, inevitablemente, hablarle a él y otro druida que nos acompañaba de la magia que obró Finarä, puesto que se encuentra al inicio de toda esta historia. No podrías alcanzar a comprender, Gavilán, la angustia que me invadió cuando ambos druidas se mostraron claramente ofendidos por la posibilidad de que una niña humana pudiera penetrar en su bien amado Sueño, y de acuerdo con los actos del Caern Visnu, aunque no aprobaran el asesinato de Finarä. Como mucho, alegaron no quere opinar sobre las decisiones de sus mayores.

¿Sigue el Caern Visnu extendiendo sus redes por el mundo? ¿He descubierto el secreto de Averil a sus mayores enemigos? Siento miedo, mucho miedo... Ojalá hubiera visto a Kaithan. Ojalá Amnehil hubiera estado conmigo. ¿Qué he hecho, Madre? ¿Qué he hecho?

Ahora estoy de camino a Darnassus. Raethin dijo que era sabido que la Suma Sacerdotisa Tyrande había sanado a durmientes que habían vuelto heridos o locos de la Pesadilla. Debo pedir audiencia con ella y rezar para que no sea demasiado tarde para Zoe.

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