Ecos VI

domingo, 2 de mayo de 2010

Por Leshrac

Hacia frio. Realmente, siempre tenia frio, aunque esta vez lo notó. Hacia tiempo que no tenia frio, que no lo sentia ¿Como puede sentir frio alguien que ha tenido el corazon helado toda su vida? Porque esta gelida sensacion no tenia nada que ver con el ambiente, con la temperatura. Era un frio que el conocia mejor que cualquier otro. Todo seguia igual.

Y en efecto, todo seguia igual. La luz seguia desvaneciendose tiñiendo el aire de color naranja y de melancolia. Las sombras seguian reptando, devorando la esperanza, esperanza que no es mas que un bello espejismo. La calidez de unas palabras amables, unas sin prejuicios por la raza, sin odio por el pasado, sin miedo por el ser, se desvanecian de repente dejando paso al frio. Todo seguia igual.

Tal vez habia sido un iluso, tal vez aquello solo fuese una fingida amabilidad. En cualquier caso, aquel encuentro le habia reconfortado en los momentos mas sombrios, era un rayo de esperanza. Esa esperanza que desaparecia, que con su ausencia dejaba las cosas otra vez como antes, como estaban. En un abrir y cerrar de ojos, el calor de un recuerdo se sustituye por esa ausencia, como si ahora no hubiese diferencia entre aquel momento y todos los demas ¿Por que habia desaparecido aquella sensacion?

Ahora era todo igual de nuevo. Ahora era todo como siempre.

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