Los Hilos del Destino XXXIII

miércoles, 27 de enero de 2010

27 de Enero:

Gracias a Elune, poco a poco voy recibiendo respuesta a las cartas que envié, aunque todavía quedan muchas por escribir. Por fin mi apreciado Amnehil respondió a mi misiva, y como no podía ser de otro modo, da con su respuesta las indicaciones suficientes como para poder localizar a un segundo dragón.

Según dice, dragones del Vuelo Esmeralda (tales son los que él llama "hijos de Ysera") habitan más allá del Claro de Velan, al noreste del bosque de Vallefresno. Cabría suponer que no están allí por coincidencia, y que algo más importante debe encontrarse en el lugar. No descarto la presencia de uno de los dragones.

Faltan, sin embargo, por localizar dos dragones más en este inmenso mundo. Debo seguir escribiendo cartas a quien pudiera ayudarme con esto, si bien intuyo que muchos se negaran a matar a estas criaturas. Su negativa no hace más que mortificarme, como si para ellos yo hubiera aceptado alegremente mi oscura misión, como si quisiera realmente privar de vida a estos magníficos seres... No podría explicar a todos las razones de mi misión. No puedo explicar cada vez el sacrificio que supone para mí, a mí, que jamás herí a ningún ser vivo, que jamás he soñado con arrebatar una vida. Soy una sanadora, no una asesina. No soy una cazadora ni una guerrera. Pero no puedo explicar esto cada vez. No puedo arriesgarme a que, pese a todo, el Caern Visnu tenga todvía aliados que pudieran descubrir a la hija de mi corazón.

Dremneth viene a verme a diario. También él parece mortificado por la misión, aunque no lo diga. Cuando juró acompañarme en mi camino, no imaginábamos la tarea que se me impondría, y sé que matar a sus hermanos es para él una gran tortura. Intento que lo entienda, que no es necesario que venga conmigo, pero le ata su juramento.

Dice que desea hacerme un regalo, que necesito descansar de escribir tantas cartas, de esperar en vela las respuestas. Pero hay demasiado que escribir, no debo detenerme.

¿A quien puedo recurrir? Angeliss, Imoen, Klode, Tristán.. Tal vez a Klaussius de Menethil, a Sir Argéntum, el más que digno paladín. A los enanos del Conclave de Piedra, a las criaturas mágicas del Atardecer Esmeralda... Son pocos, debo pensar más. Debo encontrar más...

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