Los Hilos del Destino XXXVIII

domingo, 31 de enero de 2010

31 de Enero, Tanaris
A Joseph Argéntum, sede de la O.N.G Crisol de Almas


Salud, buen Argéntum:

Han pasado ya dos largos años desde que nos viéramos por última vez. Creo que nunca os di las gracias por tomar las riendas de aquella despedida, que era mi responsabilidad, de modo que aquí, ahora, me inclino ante vos y os doy mis más profundas gracias por ofrecerle a la mitad de mi alma una despedida cercana y cálida que ella, distante y fría, jamás hubiera imaginado. Estoy segura de que de haber podido vernos, se hubiera sentido conmovida y agradecida por lo que hicisteis por ella en su último momento. Por esta razón, gracias, gracias mil veces, desde el corazón de esta humilde sanadora.

Me dirijo hoy a vos para solicitar vuestra ayuda, en memoria de aquella que nos dejó, para salvar su último legado. Alguien muy cercano a Liessel, y por tanto, tan cercano a mi como podría haberlo estado ella, lo único que me queda de ella en este mundo, se encuentra gravemente enfermo. Su enfermedad es atípica, en todo extraña, y no existe ningún sanador, ya sea un sacerdote, un druida o un médico, que haya podido dar con una cura para ella. Esta humilde sanadora, consciente de lo misterioso de esta enfermedad, ha recorrido el mundo en busca de alguna referencia a su cura, y han querido los hados que me encuentre ya cercana pero separada por un profundo obstáculo que yo sola, débil y solitaria, no puedo sortear.

Un dragón habita en las profundidades del Bosque del Ocaso. Este, que antaño fuera estandarte del Vuelo Esmeralda, se encuentra ahora enfermo y corrupto por lo que, sospecho, es lo mismo que aqueja a mi protegida. Nuevos y sabios aliados me han asegurado que con muestras de esa corrupción, podrían estudiar una cura, pero para ello, los dragones corruptos deben morir y ellos no pueden colaborar en el sacrificio de sus hermanos. Es por ello que recurro a ti, mi buen Argéntum, que siempre fuiste la voz de la razón, que siempre fuiste cercano y firme, que eres para mí el más digno de los paladines. Suplico tu ayuda para poder poner fin a esta agonía, para acometer esta última misión con éxito, para salvar a las almas inocentes que están atrapadas en esta vorágine de oscuridad.

Que la Luz te colme y te de vida.
Tu humilde servidora.

Bálsamo Trisaga, Làgrima de Plata.

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