Los Hilos del Destino XXXIV

miércoles, 27 de enero de 2010

27 de Enero, Tanaris
A la atención de Angeliss A´nariel, Dalaran.


Mi buen Angeliss:

Por fin puedo escribirte sabiendo que no son malas noticias las que te traigo. Por fin, poco a poco, la salvación de Zoë parece más cercana si acaso fuera posible. Como bien sabes, tras tu visita al Santuario Esmeralda, yo misma me dirigí al Norte para ver a la hija de mi corazón, dormida a los pies del lago, y al hermoso pájaro de plumas azules que revolotea entre los cuernos de Ysera la Durmiente en su Reino Onírico, tan cercano que parece palpable en el Eterno Jardín que el Vuelo Esmeralda tiene en el páramo helado que llaman “Cementerio de Dragones”.
Como hiciste tú, hablé con Sayera, cuidadora del Jardín, y siguiendo su consejo me dirigí al sur, al lejano desierto de Tanaris donde, según dijo, podría encontrar a Nozdormu el Atemporal y rogar su ayuda. Hace apenas unos días que llegué a las llamadas Cavernas del Tiempo, y han querido los dioses que el Vuelo de Bronce haya aceptado ayudarme. Sin embargo, reclaman de mí un precio, una primera misión para demostrar mi lealtad hacia ellos, que me revele como digna de su ayuda.
Hay ciertos dragones, según han dicho las Escamas de las Arenas, que todavía deambulan por Azeroth: dragones que habitaban el Sueño Esmeralda, como aquel que Zoë vio en su sueño, y que han despertado al mundo presas de la Corrupción que aqueja a nuestra niña. Estos dragones, dice el Vuelo de Bronce, pueden tener la clave de la locura que ha hecho presa en Nozdormu. Consiguiendo para ellos pruebas de esta corrupción, me mostraría como digna aliada del Vuelo y además, podría aportar una pieza imprescindible para la curación de Averil.
Hasta ahora, he escrito cartas a cuantos aliados han acudido a mi mente, pero todavía son pocos. Gracias a ellos, he encontrado ya la posible ubicación de dos de los dragones, uno en los bosques de Vallefresno, hogar ancestral de mi pueblo, y otro en las Tierras de los Enanos. Dos más quedan por encontrar, pero confío que mis esfuerzos no serán en vano. Recurro a ti por si pudieras ayudarme, si hubieras oído hablar de la presencia de estas criaturas en territorios humanos. Y cuando llegue el momento de llevar a cabo la misión, necesitaré tu ayuda. Averil la necesita, si todavía tiene cabida en tu corazón. Si no lo hiciera, te ruego que pienses que es una niña que no merece el destino que se le avecina y que alguna vez fue importante para ti.
Si alguna vez tuvo tu amor, no la olvides.

Humildemente.
Bálsamo Trisaga

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